El otro día esta película de Andrés Wood y si no es porque la chica del asiento de al lado se puso a llorar primero, yo habría terminado en las mismas. Como que ella lloró por las dos. Eso sólo para decir que de verdad llega. Nunca deja indiferente ver cómo se sacó la mugre la Viola porque Chile tuviera identidad musical. Cómo peleó hasta el final con tal de ir en pos de sus ideales y ser coherente entre sus palabras y sus actos.
A ratos duele Violeta, pero sobre todo, hace que uno sienta orgullo por su tremenda valentía. La misma valentía de Wood de meterse con alguien como ella y con una familia como la de los Parra.
La película, como siempre, es mejor verla y mientras llega el 11 de agosto y ella a los cines, el soundtrack es una buena opción para esperar y acá está.

